Sobrepeso y enfermedades provocados por alimentos diet
Si Ud. está consumiendo habitualmente edulcorantes artificiales, ¡cuidado, su salud podría estar en riesgo!
INTRODUCCIÓN.
El aspartamo, la sucralosa, el acesulfamo de potasio, el ciclamato monosódico y la sacarina sódica, son los ingredientes más usados para fabricar endulzantes artificiales, comúnmente utilizados por las personas preocupadas de su peso o por estar diagnosticadas de diabetes. Cada vez existen más evidencias de que estos aparentemente inofensivos edulcorantes artificiales, constituyen un importante riesgo para la salud pues causan daños al sistema nervioso central aparte de otros varios efectos secundarios. Pero lo más increíble es que ya ha sido demostrado estadísticamente que quienes consumen este tipo de productos en su alimentación, ganan más peso que quienes no los usan.
ANTECEDENTES INTERNACIONALES
En varios países de Europa han sido prohibidas estas nocivas sustancias en los alimentos. Por su parte en EEUU también cada vez más personas se han estado movilizando para impedir que estos productos nocivos se sigan usando. Por ejemplo, el 6 de abril de 2004 se presentaron varios procesos judiciales en tres juzgados de California en contra de doce empresas que producen o usan en sus productos el aspartamo como sucedáneo del azúcar. Las demandas judiciales se presentaron en los condados de Shasta, Sonoma y Butte. Los demandantes alegaban que las empresas fabricantes de productos alimenticios cometieron un fraude y engaño al comercializar productos como Diet Coke, Diet Pepsi, chicle sin azúcar, vitaminas «Flinstone», yogures y aspirina infantil a sabiendas de que el edulcorante que contienen, el aspartamo, es neurotóxico. Aunque estos juicios pueden durar años, dan luz sobre las prácticas fraudulentas de la industria farmacéutica y alimenticia en perjuicio de una población desinformada.
Por su parte, la Autoridad Europea de Seguridad ha estado especialmente preocupada por el consumo excesivo de edulcorantes por parte de los niños. A mediados de los 1990, el gobierno británico anunció que la ingesta diaria admisible (IDA) o segura de sacarina era de 2,5 mg por kilo de peso corporal. Actualmente el ciudadano medio consume unos 14 mg/kg al día, hasta los diabéticos consumen esa cantidad, revistiendo serios peligros para la salud. Hay diversas sustancias sintéticas para endulzar, tales como el aspartamo, la sucralosa y el acesulfamo de potasio, los que Ingeridos en alimentos y bebidas dietéticas por lo niños pueden causar serios daños a su salud. Al estimular el cerebro del niño con estas sustancias químicas placenteras contenidas en las bebidas y jugos envasados, en algunos casos su cerebro quedará programado para buscar y consumir en la vida adulta otras sustancias adictivas más potentes, como drogas duras o grandes cantidades de alcohol.
PERO QUÉ CONTIENEN LOS EDULCORANTES ARTIFICIALES
Revisando la lista de ingredientes contenidos en los edulcorantes actualmente en uso, podemos encontrar formaldehido, L-fenilalanina, acetaldehído, benzaldehído, me
¿Por qué en Chile estamos consumiendo en forma desenfrenada este tipo de sustancias?
¿Tendrá algo que ver con el creciente aumento de graves enfermedades en la población?
Vamos a revisar los principales edulcorantes en uso de Chile y en muchos otros países del mundo.
1.- EL ASPARTAMO
Aspartamo, sustancia química inventada y patentada por compañía química G.D. Searle, adquirida en 1985 por Monsanto, fue y sigue siendo el endulzante artificial más usado en las bebidas “diet” y “zero” así como en otros alimentos engañosamente llamados «light» o “dietéticos”, aunque en los últimos dos años (2012 y 2013) al menos en Chile se nota una mayor tendencia en la población por preferir el uso de endulzantes de origen natural como la stevia. De hecho hasta la Coca Cola, que ha usado el aspartamo en nuestro país durante tantos años como el edulcorante en sus versiones Diet y Zero, a fines del 2013 ha introducido en Chile una bebida “de tapa y etiqueta verde” que contiene stevia como uno de sus edulcorantes. ¿Una medida «saludable» o un intento por recuperar consumidores que habían dejado de preferir estas bebidas por el aspartamo?
Algo de historia. Los efectos del aspartamo han sido documentados por los propios datos de la FDA (Food and Drug Amdinistration), principal organismo regulador de alimentos y medicamentos de los EEUU. En 1955, ese organismo se vio obligado, en virtud de la Ley de Libertad de Información de los EEUU, a publicar una lista de 99 síntomas derivados del consumo del aspartamo, descritos por miles de víctimas. En 1966 la FDA dejó de registrar los reclamos y ahora niega la existencia de dicha lista. El 30 de septiembre de 1980, el Consejo de Investigación de la FDA había denegado la solicitud de aprobación del aspartamo como aditivo alimentario En 1981, el recién nombrado comisario de la FDA, Arthur Hull Hayes, hizo caso omiso de tal dictamen y aprobó el aspartamo en alimentos secos. Tal como está registrado en actas del Congreso de 1985, Donald Rumsfeld, en ese tiempo Director General de Searle Laboratories, declaró que usaría toda su influencia para conseguir la aprobación del aspartamo. Rumsfeld era miembro del equipo de transición del presidente Reagan, quien al día siguiente de tomar posesión nombró a Hayes. Ningún comisario de la FDA había autorizado la comercialización del aspartamo. En 1983 fue aprobado para bebidas carbonatadas. Hoy en día hay más de 5.000 productos alimenticios, bebidas y medicamentos que lo contienen, y van in crescendo.
Más aún, se sabe que Rumsfeld, aprovechando su influencia política, consiguió ocultar un informe toxicológico de la FDA, que indicaba que el aspartamo provocaba cáncer y tumores cerebrales. En 1996 la FDA publicó una lista de 92 reacciones adversas del aspartamo entre las que incluía: convulsiones, ceguera, obesidad, tumores de mama y cerebrales, disfunción sexual y algunos casos de muerte, todas ellas recopiladas a partir de los reclamos de alrededor de 10.000 consumidores. Mediante sagaces y engañosas campañas publicitarias se hizo creer a la población mundial que el aspartamo y otros endulzantes artificiales, no eran más que inofensivos y simples aditivos alimentarios que tenían un sabor dulce y a la vez ayudaban a las personas a mantenerse delgadas o incluso a adelgazar. Sin embargo, los edulcorantes están patentados como “potenciadores del apetito”, y en la práctica lo que hacen es provocar en el consumidor un deseo irrefrenable de comer gran cantidad de hidratos de carbono, por lo que en realidad ayudan a engordar.
Para aquellos que pudimos ser testigos de la Guerra del Golfo Pérsico, podemos recordar que Donald Rumsfeld, el mismo personaje que otrora era un alto ejecutivo de Laboratorios Searle, fue nombrado como Secretario de Guerra por el presidente de EEUU George W. Bush. En esa época, toneladas de latas de bebidas Diet fueron enviadas al Golfo para “refrescar” a las tropas. Sin embargo, además de refrescarlos, fueron afectados por extrañas enfermedades que los soldados reportaron durante y después de la guerra, incluyendo casos de esclerosis múltiple. En efecto, la inexistencia de condiciones para mantener frías las latas en el golfo pérsico, en donde debían almacenarse a temperaturas sobre los 40°C, tienen que haber producido una descomposición del producto produciendo formaldehido, ocasionando una acelerada neurointoxicación en sus consumidores. En el siguiente párrafo explicaremos en detalle tal reacción.
Para más detalles véase los siguientes enlaces:
http://www.rense.com/general33/legal.htm,
http://www.rense.com/general67/rum.htm
http://www.serendipity.li/more/aspartame.htm
Peligros del aspartamo. El aspartamo es un veneno sinergístico basado en me
El formol es una sustancia que antiguamente se utilizaba diluida en agua al 35% como desinfectante y en la actualidad se usa para la conservación de muestras biológicas y cadáveres frescos, generalmente en una dilución al 5% en agua. Por su parte, el me
EFECTOS EN EL EMBARAZO. Si las mujeres embarazadas toman grandes cantidades de bebidas “diet” para evitar el aumento de peso, pueden acumular alcohol metílico en la placenta, lo que provoca retraso mental en el feto. También corren el riesgo de sufrir desnutrición materna a causa de los problemas gastrointestinales y diarreas asociadas a los edulcorantes.
2.- SUCRALOSA
La sucralosa, también comercializada como Splenda, es otro “aditivo Frankenstein” de la industria alimenticia. Se elabora clorando moléculas de azúcar. Las moléculas cloradas se acumulan en la grasa del organismo las que pueden volver a manifestarse en el cuerpo muchos años después. La sucralosa es un producto sintético y como tiene una ba
Comentario: entonces cuando a los diabéticos les recomiendan usar sucralosa, les hacen en realidad un flaco favor.
Otros experimentos con animales demostraron que la sucralosa puede provocar diversos problemas en ratas, ratones y conejos, como por ejemplo: contracción de la glándula timo hasta en un 40%; hinchazón de hígado y riñones; atrofia de los folículos linfáticos en el bazo y el timo; aumento del peso cecal; reducción del ritmo de crecimiento; disminución del recuento de glóbulos rojos; hiperplasia pélvica; alargamiento del período del embarazo; aborto natural; disminución del peso del feto y de la placenta; y diarrea.
3.- ACELSUFAMO DE POTASIO
Este es otro de los ingredientes de solemos ver cuando leemos las etiquetas de los edulcorantes artificiales, o de algunos alimentos “dietéticos” (libres de azúcar). El edulcorante más reciente, el acesulfamo de potasio o acesulfamo K, y según un informe publicado por la revista British Medical Journal en 1996, también puede ser carcinógeno, es decir, puede provocar cáncer.
4.- CICLAMATO MONOSÓDICO
Esta sustancia fue sintetizada por primera vez en 1937, y se utiliza como edulcorante artificial desde 1950. Ciclamato es el nombre común del ciclohexilsulfamato, y ha sido considerado hasta 50 veces más dulce que otros endulzantes bajos en calorías. Aunque hoy en día organizaciones como la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la agricultura y la Alimentación) y la OMS (Organización Mundial de la Salud), avalan su uso sin aparentes daños a la salud en más de 100 países del mundo, tales como la Unión Europea, Canadá, Australia, China, Brasil, Argentina, Chile, y prácticamente toda Latinoamérica, a partir de 1970, ante evidencias de que podía actuar como cancerígeno, se prohibió su uso como aditivo alimentario en muchos países, entre ellos USA, Japón e Inglaterra. La FDA en Estados Unidos lo prohibió definitivamente en los años 80.
El ciclamato no tiene la consideración universal de aditivo alimentario sin riesgos. Se han publicado trabajos indicando que, en animales de experimentación, dosis altas de esta sustancia actúan como cancerígeno y teratógeno, lo que significa que produce defectos en los fetos. También se han indicado otros posibles efectos nocivos producidos por su ingestión en dosis enormes, como la elevación de la presión sanguínea o la producción de atrofia testicular.
Los datos acerca de su posible cancinogenicidad son conflictivos. El efecto cancerígeno no sería debido al propio ciclamato, sino a un producto derivado de él, la ciclohexilamina, cuya cancinogenicidad tampoco está aún totalmente aclarada. El organismo humano no es capaz de transformar el ciclamato en este derivado, pero sí la flora bacteriana presente en el intestino. El grado de transformación depende mucho de los individuos, variando pues también la magnitud del posible riesgo.
Esta sustancia tiene mayores riesgos potenciales en el caso de los niños, a los que están destinados muchos productos que la contienen, ya que en ellos la dosis por unidad de peso es evidentemente mayor, al ser ellos más pequeños. También sería mas cuestionable su ingestión por mujeres embarazadas.
5.- SACARINA SÓDICA
La sacarina fue el primer edulcorante sin calorías, descubierto en forma casual en EEUU en 1879, produciendo una gran expectación a personas diabéticas y con sobrepeso. El descubrimiento, llamado sacarina (O-sulfamida benzoica), presentaba un sabor extremadamente dulce. La sacarina se incluyó en la primera lista que se publicó en E.E.U.U. de aditivos GRAS (generalmente reconocidos como seguros) en 1959. Sin embargo, en los años 70, varios grupos de investigadores argumentaron, tras varios estudios, que dosis altas de este edulcorante consumidas diariamente eran capaces de inducir la aparición de cáncer de vejiga en ratas. Así, en 1972 la sacarina fue eliminada de la lista de aditivos GRAS en E.E.U.U, y en 1981, dicho edulcorante entró a formar parte de las 169 sustancias cancerígenas establecidas por las autoridades estadounidenses (entre ellas se encuentra el cloroformo y el benzeno), aunque no fue prohibida.
La determinación de ese país respecto a la utilización de esta sustancia se limitó entonces a que los productos que llevaran sacarina en su composición se sometieran a estrictas normas de etiquetado: «Este producto contiene sacarina, de la que se ha determinado que produce cáncer en animales de laboratorio. El uso de este producto puede ser peligroso para su salud». No obstante, y dada la nueva determinación adoptada por el NIH (National Institute of Health) de EEUU, las autoridades de dicho país decidieron en 1999 eliminar la sacarina de la nueva lista de sustancias cancerígenas. ¿Qué pasó?
Por su parte, en la Unión Europea, tras numerosos ensayos clínicos y experimentales sigue estando autorizado su consumo.
Efectos secundarios de la sacarina
Alergias. Se ha afirmado que la sacarina puede causar reacciones alérgicas graves como dolores de cabeza, diarrea, erupciones de la piel, etc. Esto puede deberse a que la sacarina pertenece al grupo de compuestos de la sulfonamida.
Mujeres embarazadas. La sacarina puede afectar de manera nociva al feto y producir otras complicaciones en los niños como alteración muscular e irritabilidad. Para las madres no es recomendable el consumo de la sacarina pues también se expulsa a través de la leche materna.
Producción de sabor desagradable en la boca, sudoración, inestabilidad emocional, diuresis y disturbios gastrointestinales.
PROHIBICIÓN DE USO DE EDULCORANTES
Muchos países europeos han suspendido el uso de edulcorantes artificiales. Experimentos con animales han revelado que la sacarina puede causar cáncer de vesícula. En un estudio reciente sobre el aspartamo realizado por la Fundación Ramazzini, se demuestra que el aspartamo provoca un aumento, dependiente de la dosis, de toda clase de cánceres (linfomas, leucemias y de mamas) cuando se consumen en cantidades similares a las que se toman en las bebidas diet. El estudio fue publicado por Environmental Health Perspectives (EHP), la revista de ciencias ambientales más leída del mundo. En él se confirman los resultados del estudio anterior de la Fundación Ramazzini.
POR QUÉ LOS EDULCORANTES ARTIFICIALES HACEN ENGORDAR
Un importante estudio controlado realizado en los EEUU con mujeres demostró que quienes usan endulzantes artificiales suben más de peso al año que las personas que no los usan. Investigaciones realizadas en la Universidad de Purdue, importante centro de investigación y desarrollo ubicada en Indiana, EEUU, conocida por sus descubrimientos en ciencia, tecnología e ingeniería, revelaron que un grupo de personas alimentadas con edulcorantes artificiales consumieron posteriormente el triple de calorías que los que recibieron azúcar normal. Según dicho estudio, engorda mucho menos tomar azúcar que edulcorantes artificiales, aunque tomar gran cantidad de azúcar no es bueno para nadie.
¿Cómo se explica esta epidemia de sobrepeso incluso entre personas que consumen alimentos diet? Este misterio tiene una explicación.
El cuerpo dispone de un mecanismo autorregulador, una especie de termostato que mide la cantidad de energía o calorías que le aportará determinado alimento. Cuando el cuerpo ha recibido suficiente energía de los alimentos, la boca, el estómago, los intestinos y el hígado envían mensajes al cerebro que indican que las necesidades energéticas están satisfechas. Acto seguido el sistema nervioso segrega hormonas que nos hacen sentirnos satisfechos. Este punto de saturación es fundamental para nuestro bienestar, pues si no fuera por él siempre tendríamos ganas de comer y nunca nos sentiríamos satisfechos. Cuando en el almuerzo o cena se consumen alimentos bajos en energía, el cuerpo tratará de que comamos más en la siguiente comida. Al revés, si comemos alimentos con muchas calorías, en la próxima ocasión buscará que comamos menos, para regular el punto de equilibrio. Si tenemos sobrepeso y pretendemos adelgazar reduciendo la ingesta diaria de calorías, nos podemos llevar una sorpresa ya que a los pocos días, al haber agotado el cuerpo sus reservas de energía, tratará de que comamos más aumentando nuestro apetito. Si se insiste en no comer o en no darle la energía que el cuerpo requiere, caeremos en una depresión que nos puede provocar una voracidad irresistible. En ese caso el cuerpo además intuye que se producen ayunos periódicos y trata de convertir una parte de los alimentos en depósitos de grasa a fin de estar preparado para el próximo ayuno. Entonces, después de cada ayuno voluntario o “dieta para adelgazar”, se aumenta de peso con mayor rapidez que la vez anterior. Este es el conocido efecto Yo-yo. Dado que los edulcorantes artificiales son alimentos bajos en calorías y no fisiológicos, el cuerpo los trata como alimentos carentes de energía, los califica de hipoenergéticos, por lo que se estimulará el deseo de comer más. En nutrición animal es común darle al ganado alimentos altos en sacarina para estimular el apetito y acelerar su engorda. Este mismo mecanismo se produce en los seres humanos, tanto en adultos como en los niños. Alimentar a los niños con productos dietéticos en vez de aquellos que conservan todo su valor calórico puede dar pie a una sobrealimentación y causar obesidad en la época del crecimiento, según un informe del año 2007 desarrollado en la Universidad de Alberta, Canadá.
LOS EDULCORANTES ENGAÑAN AL CUERPO.
El aspartamo, la sacarina, la sucralosa y todos los edulcorantes pertenecen al grupo de alimentos dulces. En los alimentos naturales al dulzor se debe al azúcar. Dado que el azúcar puede atravesar directamente las paredes del estómago, ésta aparece en la sangre al cabo de 3 a 5 minutos de haberla consumido. El cuerpo necesita mantener bajo control el nivel de azúcar en la sangre, ya que tanto una cantidad insuficiente como excesiva pueden ser peligrosos. Cuando el azúcar alcanza las papilas gustativas del sabor dulce en la lengua, el páncreas recibe la instrucción de segregar insulina, que es necesaria para poner el azúcar a disposición de las células. Cuando se toman edulcorantes artificiales, el cuerpo responde de forma natural al sabor dulce segregando insulina. Sin embargo, en vez de recibir azúcar en la sangre, lo que llega es una combinación de compuestos proteínicos. Cumpliendo su función normal, el páncreas ya ha preparado una porción de insulina que ahora circula en el torrente sanguíneo en busca del azúcar que esperaba. Como ésta no aparece, la insulina detrae en su lugar una parte del azúcar que ya se encontraba en la sangre, provocando un descenso en el nivel de azúcar. Dado que para el cuerpo esta situación es signo de una amenaza para la vida, éste emite rápidamente la señal de hambre, que se traduce en una súbita voracidad compulsiva. Los edulcorantes artificiales no satisfacen la necesidad de incrementar el nivel de azúcar en sangre, de manera que se empieza a buscar alimentos azucarados. Así, hemos incrementado artificialmente la necesidad y el deseo de consumir más alimentos dulces. Si tratamos de satisfacer este apetito comiendo más alimentos con edulcorantes artificiales (libres de calorías), la urgencia de comer se acentuará aún más y empezaremos a comer en exceso.
La situación de empeora si el cuerpo recibe edulcorantes artificiales en forma continua. Como los edulcorantes estimulan las papilas gustativas especializadas en detectar el azúcar, el cerebro mantiene la urgencia de comer de modo casi permanente. Al mismo tiempo, el hígado recibe la orden del cerebro de guardar los aportes de azúcar en vez de liberarlos, lo que causa fatiga crónica. El páncreas, que había supuesto erróneamente que llegaba azúcar a la sangre, “se da cuenta finalmente de que ha sido engañado” y en consecuencia reduce la secreción de insulina. Ante esta condición, el cuerpo responde con depresión.
«PARA EVITAR GRAVES PROBLEMAS DE SALUD, SIMPLEMENTE TERAPIAS RECOMIENDA CONSUMIR ALIMENTOS Y BEBIDAS EN LO POSIBLE DE ORIGEN NATURAL»
Como alternativa al azúcar, mejor endulzar con miel de abejas o con stevia en su grado más natural y orgánico posible (hojas o extracto sin aditivos), eventualmente se puede usar chancaca (de remolacha), melaza negra de caña de azúcar, etc.
Engañosamente se han estado comercializando en Chile diversos endulzantes de «tapa verde» que hacen creer que son hechos de stevia, pero muchos de ellos son mezclas de stevia, sucralosa y otros compuestos químicos. Existen algunos (pocos) que sólo contienen extracto de stevia, sin aditivos. Aunque son más caros, prefiéralos.
Recomendamos acostumbrarse a leer las etiquetas de todos los productos envasados antes de comprarlos a fin de identificar agentes peligrosos para nuestra salud y la de nuestra familia.